Iglesia San Agustine
Viejo San Juan Puerto Rico
El proyecto de construcción de la iglesia data de 1882, fecha en que se preparó el plano del mismo. En 1886, se erigió la primera construcción en el lugar que ocupa en la actualidad la parroquia, la cual consistía en una pequeña capilla de madera, junto a la cual se construyó una casa para el sacerdote que llevaba a cabo los servicios. Este religioso provenía de la parroquia principal, la San Francisco de Asís, ubicada en el Viejo San Juan. Ante el crecimiento constante del barrio de Puerta de Tierra, el 25 de septiembre de 1889 el Obispo Monseñor Juan Antonio Puig y Monserrat, declaró la erección canónica de la parroquia.
En 1913, los padres redentoristas obtienen un terreno de 4,400 metros en el que se construyó, a partir de 1914, una escuela, una iglesia y una casa parroquial donde se albergaron los padres redentoristas y un grupo de hermanas de Notre Dame. El diseño y la construcción de este complejo de edificios estuvieron a cargo de los arquitectos Antonio M. Martínez y José Lázaro Costa. La inauguración de los edificios se llevó a cabo el 8 de diciembre de 1915.
La Iglesia San Agustín es la estructura más importante de este complejo. Se construyó en hormigón, convirtiéndola en uno de los primeros ejemplos del uso de este material en Puerto Rico. Su estilo combina elementos de la arquitectura románica y gótica. Su fachada incorpora dos torres de distintas alturas, lo que la hace asimétrica, y cada una de éstas termina en una cúpula apuntada. Este arreglo de torres en la fachada se conoce como westwerk, en el que se construye la entrada monumental en la fachada occidental, a la que se incorporan dos torres, una capilla y un vestíbulo. Al este y oeste del templo se construyeron dos grandes estructuras que sirvieron como viviendas a los padres redentoristas y a las hermanas de Notre Dame, respectivamente.
La Iglesia se distingue por el uso extremo de vitrales en sus ventanas y por el rosetón de su fachada principal, los cuales imparten claridad a los interiores. Este elemento rompió con la tradición de la arquitectura religiosa colonial española, cuyos interiores, normalmente, se caracterizaban por ser oscuros y sombríos.
Durante muchos años, fue el único templo católico en celebrar servicios religiosos en inglés. El colegio también se distingue por ofrecer becas a estudiantes de escasos recursos económicos.
Adaptado por Grupo Editorial EPR
Fuente original: Catálogo de Propiedades, Registro Nacional de Lugares Históricos, Oficina Estatal de Conservación Histórica, Oficina del Gobernador, 1995.